En otoño nos tendremos que preocupar de las calvas que se han generado en nuestro césped durante el verano. En el vídeo Iñigo nos muestra como actuar contra estos problemas para que nuestro césped luzca mejor que nunca.
http://www.hogarutil.com/jardineria/mantenimiento/jardin/201009/regenerar-cesped-eliminar-calvas-5375.
El invierno es una estación muy dura para las plantas y para el césped. Por ello, el otoño es el momento ideal para que el buen jardinero lleve a cabo una serie de operaciones de acondicionamiento. Estas tareas harán posible que la vegetación sobreviva al viento, a la lluvia, a la nieve y a las bajas temperaturas, de forma que vuelvan a brotar con vigor y belleza la primavera siguiente.
A lo largo del invierno, el césped, al igual que el resto de la flora, permanece vegetando. El mes de octubre es el más adecuado para prepararlo de cara al invierno. Con este fin se realizarán los siguientes trabajos: siega, abono, aireado y drenaje de la tierra y, por último, replantado.
Segar el césped
Durante los primeros días de octubre se llevará a cabo la última poda del césped. Se ha de procurar no cortar en exceso para evitar que éste sufra. Segarlo demasiado puede debilitarlo y ayudar a que crezcan el musgo y las malas hierbas. La temperatura media y la humedad característica de esta estación propiciarán que brote. Es muy importante quitar las hojas que hayan caído de otros árboles y flores. Si el césped es fino se debe segar cada dos o tres días, si es medio, a intervalos de tres y cinco días. Y si es de otra clase, al menos una vez a la semana. Una vez se haya cortado, hay que retirar los restos con la ayuda de un rastrillo.
También hay que prestar atención a la dirección en la que se siega, para evitar solapamientos, dobles pasadas y cambios bruscos de dirección. Es necesario asegurarse de que el césped está seco, ya que la humedad atasca la máquina y la caja de la hierba por lo que la segadora tardará más. Cuando soplen vientos fríos no hay que cortarlo, ya que éstos pueden quemar los extremos de la hierba. El aireado favorece el crecimiento del césped a través de la oxigenación. Se realiza con una horca de jardín introduciendo sus dientes hasta unos 7,5 cm. de profundidad. Hay que remover hasta que el césped se levante un poco y repetir la operación cada cuarto de hora. Se puede airear siempre que se crea necesario, aunque se suele realizar en otoño.Además, se debe alimentar el césped con un fertilizante adecuado. La cantidad exacta de la que no se debe exceder es de 100 gr. por cada 0,8 m². En el otoño se aplica un abono con bajo contenido en nitrógeno en relación con el ácido fosfórico y el potasio.
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